La violencia es un tema sobre el que cada vez se habla mas y muchos apalancamos para sacarlo de la normalización, porque si, está normalizado.

Si hay algo que quisiera destacar es que salgamos del estereotipo, no es una cosa de hombres o mujeres, aquí las palabras claves son: transgresión del otro, descalificación y control.

Se puede dar de hombres a mujeres, de mujeres a hombres, de padres a hijos…..permea muchos espacios y lamentablemente no hace tanto ruido como creemos.

Estamos acostumbrados a creer que la violencia es el golpe, el hematoma, el feminicidio, cuando hay comportamientos más cotidianos que si aprendiéramos a detectarlos y limitarlos prevendríamos muertes.

La violencia habita muchos espacios y si agudizamos la mirada tal vez nos encontremos justificando muchos actos violentos.

El primer acto para desafiar a la violencia es ampliar nuestra consciencia, aprender a percibirla, no reproducirla, validarla ni aceptarla.

El/la violento/a se escuda en esa delgada línea, va socavando la autoestima, va sembrando la duda en torno al agredido para tenerlo sumiso en su control.

Estos elementos pueden pasar desapercibidos y son parte de una conducta violenta:

💣 Descalifica, te hace sentir y ver poco capaz.
💣 Minimiza tu potencial, máximiza tus debilidades.
💣Puede incluso colocarse como víctima y tratar de justificar su comportamiento por su pasado “traumático”.
💣Mientras digas y hagas lo que el o ella quiere todo estará bien, si deas tener un criterio todo se convierte en caos.
💣Te hace sentir y creer que no sabes lo que es bueno para ti.
💣Te hace dependiente de él o ella.

👀Estas son solo algunas de esas características que pueden pasar desapercibidas.

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